¿En que anda Alfredo Graciani?
La primera vez de Alfredo Graciani en La Bombonera fue en el iconico partido de las camisetas blancas donde los números fueron pintados con fibrones. Al minuto de juego, convirtió el primer gol de Atlanta que venció a la formación juvenil de Boca por 2 a 1.
Seis meses más tarde, la empresa Puma Internacional compró su pase y lo cedió a Boca junto a Rubén Darío Gómez (compañero suyo en Atlanta) y Ramón Miguel Centurión de Unión de Santa Fe. A último momento, el goleador se quedó a jugar el Nacional en la institución tatengue. Alfredo, más Tapia, Olarticoechea, Gatti y el tata Brown eran las caras más destacadas de aquel precario equipo de don Alfredo Di Stéfano que se pudo armar con la flaca billetera que había en el club.
Graciani se ganó su lugar a fuerza de goles. Cada año que pasaba traían nuevos delanteros: Scalise, Comas, el Coya Guitérrez, Perazzo, Batistuta, pero siempre la número siete fue suya. Símbolo de los años hermosamente pobres de Boca, quedarán siempre guardados sus goles en clásicos o jornadas históricas como la final de la Liguilla contra Newell´s, sus diagonales que le dieron el apodo de "Alfil" y, principalmente, algo fundamental para alguien que se pone la azul y oro: su entrega."Nunca pienso en irme de Boca. Lo quiero demasiado al club", repetía. "Graciani por el gol Alfredo" que relataba Víctor Hugo ante cada conquista se había hecho una costumbre.
El "Murciélago" formó parte de los planteles campeones de Carlos Aimar en la Supercopa 89 y Recopa 90. La dupla con Carlos Daniel Tapia quedó en la mejor memoria de cada sufrido hincha de aquella época. En aquel siempre bien recordado equipo del Maestro Tabárez del primer semestre del 91 lo persiguió una molestía persistente en la rodilla. Antes de las malditas finales contra Newell´s aceptó una oferta para emigrar al Lugano de Suiza. Contra los rosarinos falló el primer penal de la serie.
Luego de solo un año de experiencia en Suiza retornó al país para jugar en Racing. Sin mucho que contar (fiel a su costumbre le convirtió un gol al clásico rival de la camiseta que defiende en la cancha de Independiente) regresó a Boca en el invierno de 1993 para ser una alternativa del Manteca Martínez, Polillita Da Silva y el Beto Acosta. Solo jugó nueve partidos oficiales y metió un gol la noche que Estudiantes eliminó de la Supercopa al entonces equipo del profesor Habbegger. Cuando Menotti viajó a comentar el Mundial de USA 94 para diferentes medios periodísticos dejó una lista de prescindibles acordada con Carlos Heller que la integraban: Tapia, Saturno, Simón, Giuntini, Pogany y Graciani. Así cerró su magnífica campaña en el club con 250 partidos oficiales y 83 goles convertidos.
Se retiró jugando B Nacional para Argentinos Juniors y unos meses en el Caracas FC. Se recibió de DT pero se vinculó al fútbol como panelista de diferentes programas boquenses. Hoy es el Secretario de Deportes del municipio de Tres de Febrero, cargo que ocupa desde la asunción del intendente Diego Valenzuela. Si le mandás invitación de amistad por facebook o instagram te acepta sin problemas. Si querés enviarle un mensaje de agradecimiento por todo lo que hizo con nuestros colores hacelo, aunque seguramente no lo hayas visto jugar. Alfredo Oscar Graciani estará por siempre del lado de los mejores recuerdos del hincha de Boca.